Hoy me he despertado con un agujero negro en las entrañas y una frase tan tremenda como hermosa quemándome la mente: “He visto atacar naves en llamas más allá de Orión”.
El replicante Nexus-6 Roy Batty pronuncia esas palabras al final de la película Blade Runner como un ángel exterminador que en el último segundo de su vida sigue buscando respuestas al dolor existencial. Luego me he esforzado en recordar el monólogo completo: “Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.”
Y yo, que hace algún tiempo fui una antorcha humana asediada por las circunstancias, en ese momento descubro mi condición de replicante que lucha por impedir, a toda costa, que el diluvio del futuro arrastre los llantos pasados. Algo inevitable ahora, con la arena de todos los relojes escapándose en mi contra.
Anoche marqué su número después de varias semanas. Le pregunté si me invitaba a su casa a ver algún DVD, pero en realidad sólo le estaba rogando que me salvase de mí misma, que me rescatase durante unas horas de este mundo que calla ante mis cuestiones igual que frente a Batty hiciera su creador.
Cuando acabó la película, tan alucinada como la primera vez que la vi, pedí a mi anfitrión que me dejase quedarme a dormir con él, ante lo que se me ofreció una negativa en nombre de la coherencia. Supongo que está bien eso de que uno de los dos sea capaz de convocar un rayo de lucidez en medio del delirio compartido, alguien dispuesto a tomar de una vez por todas una decisión inaplazable.
miércoles, 7 de enero de 2015
Porno Amateur
Eva reparte faxes con la cara lavada, recoge su melena en una cola de caballo y viste de vaquero y camiseta de algodón. Eva se perfuma con colonia de bebé que despierta los instintos paternales y, por las mañanas, aparece en la oficina envuelta en un halo de talco, abeja reina del panal de ese reducido enjambre de muchachas que, a cualquier hora del día, parecen recién duchadas.
Llevo cinco meses y dos semanas y media soñando con Eva aqui, conciliando el sueño a base de contar las pecas de sus hombros en lugar de corderitos, cayendo una vez tras otra en el pozo de unos ojos que se achican de manera inteligente cuando reflexionan. A lo largo de este tiempo, el canto de sirena de su voz se ha convertido en el hilo musical de mi Porno Amateur.
Y todo desde que el diciembre pasado, en la barra del antro al que algunos compañeros acudimos tras la cena de Navidad de la empresa, me eché a llorar como un niño por ignoro qué tragedia de borracho. Entonces, antes de que pudiera darme cuenta, Eva, sentada a mi lado hasta ese instante, se puso de pie para, a continuación, inclinarse sobre mí y darme un beso en la frente. Ninguna otra mujer que no fuera mi madre me había besado jamás de una forma parecida.
A partir de aquella noche, en mi muñeca se ajusta un reloj de manecillas clavadas en las 00:43, la hora a la que Eva me hizo adicto a su persona y devoto de unos besos leer mas.
Llevo cinco meses y dos semanas y media soñando con Eva aqui, conciliando el sueño a base de contar las pecas de sus hombros en lugar de corderitos, cayendo una vez tras otra en el pozo de unos ojos que se achican de manera inteligente cuando reflexionan. A lo largo de este tiempo, el canto de sirena de su voz se ha convertido en el hilo musical de mi Porno Amateur.
Y todo desde que el diciembre pasado, en la barra del antro al que algunos compañeros acudimos tras la cena de Navidad de la empresa, me eché a llorar como un niño por ignoro qué tragedia de borracho. Entonces, antes de que pudiera darme cuenta, Eva, sentada a mi lado hasta ese instante, se puso de pie para, a continuación, inclinarse sobre mí y darme un beso en la frente. Ninguna otra mujer que no fuera mi madre me había besado jamás de una forma parecida.
A partir de aquella noche, en mi muñeca se ajusta un reloj de manecillas clavadas en las 00:43, la hora a la que Eva me hizo adicto a su persona y devoto de unos besos leer mas.
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